La ciencia ficción, ya sea bien de la literatura oral o escrita y del cine, ha jugado mucho con la idea de poder regresar de la muerte. Pues bien, hay un ser vivo, más en concreto un microscópico animal, capaz de lograr este anhelo del ser humano: los Tardígrados.
Estos seres, invisibles al ojo humano, son una especie de invertebrados que necesitan mucha cantidad de agua para poder subsistir, de ahí que sean conocidos comúnmente como los "osos de agua". De tamaño diminuto, destacan por poseer ocho patas con unas uñas bastante alargadas que les permiten capturar a sus presas, o enfrentarse entre ellos. Pero sin duda, su capacidad más sorprendente e inquietante es la denominada criptobiosis. En la wikipedia, este proceso es definido de la siguiente forma:
Tal vez la cualidad más fascinante de los tardígrados es su capacidad, en situaciones medioambientales extremas, de entrar en estados de animación suspendida conocidos como criptobiosis. Mediante un proceso de deshidratación, pueden pasar de tener el habitual 85% de agua corporal a quedarse con tan solo un 3%. En este estado el crecimiento, la reproducción y el metabolismo se reducen o cesan temporalmente y así pueden pasar cientos, quizás miles, de años. A mediados de siglo XX, un científico holandés añadió agua a algunos tardígrados secos que estaban sobre la hoja de un helecho que llevaba seca en un museo desde el siglo XVII y, tras 200 años, se despertaron y continuaron su vida normalmente. Esta resistencia permite a los tardígrados sobrevivir a temporadas de frío y sequedad extremos, radiorresistencia a la radiación ionizante y resistencia al calor y la polución. Existen estudios que demuestran que, en estado de metabolismo indetectable, pueden sobrevivir a temperaturas que oscilan entre los -272º C y los 149º C,2 así como a la inmersión en alcohol puro y en éter. Científicos rusos afirman haber encontrado tardígrados vivos en la cubierta de los cohetes recién llegados de vuelta del espacio exterior. Recientes investigaciones3 demuestran que son capaces de sobrevivir en el espacio exterior. Otra posible faceta sorprendente de estos invertebrados es que existen indicios importantes de que son eutélicos, es decir que el número de células de su cuerpo sería fijo para cada especie, como les ocurre a los nemátodos.
En definitiva, los tardígrados (la zoóloga Ana G. Moreno sostiene que hay más de 400 tipos de estos animales, ya sean dioicos, terrestres o acuáticos) son capaces de sobrevivir a situaciones de extrema dificultad, muy parecido a lo que sucede con otros enigmáticos seres invertebrados, aunque de mayor tamaño: las cucarachas. Quién sabe, pero quizá, si algún día algún desastre se cirniera sobre el planeta Tierra, éste pudiera ser conquistado por estos dantescos supervivientes casi indestructibles.
Para más información, ver el siguiente vídeo:
http://www.youtube.com/watch?v=pD5pWr3pfWI
Estos seres, invisibles al ojo humano, son una especie de invertebrados que necesitan mucha cantidad de agua para poder subsistir, de ahí que sean conocidos comúnmente como los "osos de agua". De tamaño diminuto, destacan por poseer ocho patas con unas uñas bastante alargadas que les permiten capturar a sus presas, o enfrentarse entre ellos. Pero sin duda, su capacidad más sorprendente e inquietante es la denominada criptobiosis. En la wikipedia, este proceso es definido de la siguiente forma:
Tal vez la cualidad más fascinante de los tardígrados es su capacidad, en situaciones medioambientales extremas, de entrar en estados de animación suspendida conocidos como criptobiosis. Mediante un proceso de deshidratación, pueden pasar de tener el habitual 85% de agua corporal a quedarse con tan solo un 3%. En este estado el crecimiento, la reproducción y el metabolismo se reducen o cesan temporalmente y así pueden pasar cientos, quizás miles, de años. A mediados de siglo XX, un científico holandés añadió agua a algunos tardígrados secos que estaban sobre la hoja de un helecho que llevaba seca en un museo desde el siglo XVII y, tras 200 años, se despertaron y continuaron su vida normalmente. Esta resistencia permite a los tardígrados sobrevivir a temporadas de frío y sequedad extremos, radiorresistencia a la radiación ionizante y resistencia al calor y la polución. Existen estudios que demuestran que, en estado de metabolismo indetectable, pueden sobrevivir a temperaturas que oscilan entre los -272º C y los 149º C,2 así como a la inmersión en alcohol puro y en éter. Científicos rusos afirman haber encontrado tardígrados vivos en la cubierta de los cohetes recién llegados de vuelta del espacio exterior. Recientes investigaciones3 demuestran que son capaces de sobrevivir en el espacio exterior. Otra posible faceta sorprendente de estos invertebrados es que existen indicios importantes de que son eutélicos, es decir que el número de células de su cuerpo sería fijo para cada especie, como les ocurre a los nemátodos.
En definitiva, los tardígrados (la zoóloga Ana G. Moreno sostiene que hay más de 400 tipos de estos animales, ya sean dioicos, terrestres o acuáticos) son capaces de sobrevivir a situaciones de extrema dificultad, muy parecido a lo que sucede con otros enigmáticos seres invertebrados, aunque de mayor tamaño: las cucarachas. Quién sabe, pero quizá, si algún día algún desastre se cirniera sobre el planeta Tierra, éste pudiera ser conquistado por estos dantescos supervivientes casi indestructibles.
Para más información, ver el siguiente vídeo:
http://www.youtube.com/watch?v=pD5pWr3pfWI
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