domingo, 25 de diciembre de 2011

¿EL DISCURSO QUE MATÓ A KENNEDY?

John Fitzgerald Kennedy (1917-1963) fue presidente de los Estados Unidos tan sólo dos años. Pertenecía a una de las familias más influyentes de Norteamérica, pero tenía dos serios problemas para inmiscuirse en la política del país: era católico (frente a la mayoría protestante) y estaba a favor de la igualdad de derechos de la población negra en Estados Unidos. Aún así, llegó a ser elegido presidente representando al Partido Demócrata, como siempre que sucede en la nación del Tío Sam, con la ayuda de una importante suma económica detrás. En 1960 derrotó a Richard Nixon en una de las elecciones más reñidas de la historia, y comenzó a presidir en 1961. Y hasta su oscuro asesinato en noviembre de 1963, su mandato iba a dar para mucho.



El gobierno de Kennedy fue de lo más polémico. En el plano meramente político, destacaba por una buena oratoria con la cuál dejó varios discursos para el recuerdo. Uno de ellos lo trataremos en este blog. Sus medidas tanto nacionales como internacionales provocaron muchos ríos de tinta en la prensa mundial. En Estados Unidos combatió la discriminación racial, y reformó la economía logrando frenar la recesión que vivía el país. Pero fue internacionalmente donde más problemas hubo. Kennedy aprobó el intento de invasión de Cuba, en Bahía Cochinos, por parte de cubanos anticastristas entrenados por el ejército de los Estados Unidos. La resistencia cubana repelió el ataque sin muchos problemas desde la isla. Algunos periodistas de investigación, sostienen que la operación fue dirigida casi en exclusiva por la CIA y que ya estaba montada durante el mandato previo de Eisenhower, algo que empezó a mosquear a John. También la CIA organizó un golpe de Estado en Iraq bajo mandato de Kennedy con el fin de eliminar la democracia en el país árabe, ya que los grupos comunistas musulmanes estaban creciendo muchísimo, lo cuál Estados Unidos consideraba peligroso para sus intereses petrolíferos.

Y es que era una etapa de obsesión anticomunista en el país yanqui. Se perseguía cualquier atisbo de comunismo entre la población, en pleno conflicto de la Guerra Fría con la Unión Soviética y de la crisis de los misiles de Cuba. Ante esto, Kennedy fue uno de los principales demandantes de la firma de un acuerdo internacional contra las pruebas nucleares firmado por EE.UU., Reino Unido y la U.R.S.S. en octubre de 1963. El joven presidente norteamericano estaba obsesionado con los acuerdos internacionales. Esta premisa llenaba sus discursos.

Pero Kennedy llamó también la atención fuera del plano político. En el plano social fue muy polémica su relación extramatrimonial con la tentación rubia, el icono sexual de la época: Marilyn Monroe.
Marilyn Monroe mantuvo una relación con J.F. Kennedy que dio mucho que hablar. La vedette y actriz moriría un año antes que el presidente debido a un extraño suicidio.
Y es que John, junto a su hermano Robert, era un frecuente visitante de las fiestas más emblemáticas de Washington, y siempre se dijo de él que alardeaba de su condición de conquistador. En agosto de 1962, Norma Jean, más conocida por todos como Marilyn Monroe, aparecía muerta según las fuentes oficiales por un suicidio. Sin embargo, aún hoy, muchos periodistas e investigadores siguen dudando de la veracidad de este hecho. Y es que, ¿tenía la bella rubia información privilegiada que no debía salir a la luz? El caso es que un año y tres meses después, otra víctima iba a sumarse a la tragedia.

Dallas, 22 de noviembre de 1963, desfile oficial durante una visita política del presidente Kennedy por el estado de Texas. Él marcha en la parte trasera del coche junto a su esposa Jacqueline. De repente, recibe un disparo en la cabeza que acaba con su vida en el momento. La versión oficial es que el disparo lo efectuó un francotirador. Pero ni eso parece claro, pues hasta parece más cercano, incluso salido del propio vehículo o alrededores.
Como se puede apreciar en el video, es muy dudosa la versión del francotirador, puesto que la bala que impacta en el rostro de Kennedy parece salida de la parte delantera del coche, y si nos fijamos mejor en otras tomas con un enfoque más amplio, los guardaespaldas se van apartando y alejando del vehículo oficial, algo difícil de explicar cuando se trata de proteger al presidente de Estados Unidos.

Se detuvo a Lee Harvey Oswald como presunto autor del asesinato, algo que él siempre negó. La justicia norteamericana le culpó como único participante y ejecutor del asesinato. Se trataba de un activista de ideología izquierdista, cercano al comunismo, y en una sociedad obsesionada y manipulada era el criminal perfecto. Aún así, por si alguien pudiera poner toda esta farsa en duda, Lee Harvey Oswald fue también asesinado.


Para dar más miga al asunto, el asesino de Oswald fue Jack Ruby, conocido miembro del hampa relacionado con la mafia italiana, con la policía de Dallas, con los cubanos anticastristas y con Richard Nixon. Casi nada. Murió en 1967 víctima de un cáncer tras ser condenado por homicidio simple.

Como bien diría el personaje de la gran serie Expediente X, Fox Mulder (interpretado por David Duchovny), "la verdad está ahí fuera", pero este caso es sin duda uno de los más oscuros de la historia de los Estados Unidos, y ya es mucho decir, en un país lleno de secretismos, de crímenes de guerra, de mafias, de lobbys, y hasta según creen algunos, un gobierno en la sombra compuesto por poderes fácticos que manejan realmente s los gobiernos oficiales y les ordenan qué hacer aunque ellos no estén de acuerdo. De ahí, que ahora sí, rescatemos un discurso de JFK en el cuál parece desenmascarar a estos poderes. Quién sabe, pero quizá fue esta lucha interna de Kennedy la que le llevó a la muerte y condujo de paso a su ilustre familia a una curiosa maldición que aún perdura. Disfruten con el famoso discurso pronunciado en el Hotel Waldorf Astoria en Nueva York, en abril de 1961:

2 comentarios:

  1. Me ha encantado este artículo de Kennedy. No conocía muy bien la verdadera historia. Como siempre, excelente.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias. La verdad que del caso Kennedy habría mucho que contar.

    ResponderEliminar