viernes, 4 de mayo de 2012

LA RUCHE. REFLEXIONES SOBRE UNA ESCUELA LIBERTARIA.

En 1904, el anarquista Sébastien Faure fundó la escuela libertaria La Ruche (La Colmena), destinada principalmente a los hijos de los obreros y a los huérfanos. Se edificó a 3 km. de la ciudad de Rambouillet, en Francia. Fue denominada como la "escuela del futuro", y no se equivocó, pues avanzó en cuestiones que en la actualidad vemos como normales. Este proyecto de escuela cooperativa duró hasta 1917, cuando el estallido de la I Guerra Mundial terminó con ella. La cuestión es: ¿Sería posible en nuestros días una escuela de este tipo, o al menos con parte de sus ideas?
El escritor, filósofo y activista político, Sébastien Faure.

La Ruche fue un modelo de centro educativo que llevó más allá la idea del pedagogo anarquista español  Francisco Ferrer Guardia con su Escuela Moderna (fundada en 1901). En la escuela de Sébastien Faure predominaban una serie de principios que hasta entonces eran tabú en la época: daban una enseñanza laica, con ausencia de autoridades, con educación mixta (niños y niñas juntos), siguiendo el método positivista, con respeto por la autonomía del niño relacionándolo con la naturaleza, y con una progresiva educación sexual. El objetivo era desarrollar a los jóvenes intelectual y emocionalmente, sin alejarlos del conocimiento de su propio cuerpo y de la naturaleza que los rodea. La matriculación era gratuita, y la escuela se financiaba mediante los trabajadores internos y las donaciones externas de asociaciones, obreros, y pensadores anarquistas (al principio contribuyó económicamente el propio Faure con sus seminarios).


Como se puede apreciar, muchas de las innovaciones de esta institución libertaria han sido tomadas por el sistema educativo de muchos países del mundo, pero siguen por detrás de La Ruche, especialmente en la labor pedagógica y de trabajar la autonomía del estudiante. Así pues, ¿sería posible adoptar estas ideas libertarias a la educación de nuestros días?


La respuesta es un rotundo sí, sólo que se trataría de una ardua labor. Habría que empezar por cambiar la actitud de los gobernantes, las instituciones y los propios ciudadanos, que ven la figura de la escuela como una simple preparación para el futuro laboral, o lo que es peor, como un centro de internamiento en donde los alumnos deben rendir obediencia mientras esperan a que sus padres regresen de sus trabajos. Preparar a los jóvenes para su futuro de esclavos del sistema con una educación de esclavos.


Una enseñanza completamente laica, y que fomente la reflexión y el librepensamiento debe ser el futuro de la humanidad, aunque teniendo en cuenta que el sistema educativo ha sido siempre un instrumento más del poder para mantenerse establecido, cabe la duda y la pregunta de si habría que cambiar primero el sistema capitalista para poder modificar la educación, o si cambiando poco a poco la educación podemos combatir mejor al sistema capitalista. El tiempo lo dirá, pero el sueño de Sébastien Faure, Ferrer Guardia, Proudhon, Paul Robin, Jean Grave y compañía, sigue vivo:


"Imaginaros que he soñado a menudo pensando en esta obra aún naciente, pero ya fértil en realizaciones y grande de admirables promesas, he soñado a menudo que nuestro país se cubría de una multitud incesante de "Colmenas".
(...)
Pensemos en ello.
No alejemos de nuestros espíritus ese sueño tan seductor.
Ha llegado la hora para la multitud, de la cual formamos parte, de emprender y llevar a feliz término grandes empresas.
Y, entrando poco a poco en el dominio de la realidad, ese sueño prestigioso puede estar en el número de esos vastos y nobles sentimientos que llevan a la Humanidad hacia la vida libre, dichosa, y fraternal."
Sébastien Faure (extraído del libro La A en la pizarra: escritos anarquistas sobre educación, Ed. LaMalatesta, 2011, pág. 141)

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